Buenas Prácticas en Aseguramiento de la Calidad

La sistematización y difusión de buenas prácticas se considera un paso fundamental para avanzar hacia una cultura de aseguramiento de la calidad, especialmente en aquellas acciones y experiencias que contribuyen a la mejora continua de la institución.

Una de las estrategias para generar nuevas prácticas de análisis institucional, es realizar una revisión de buenas prácticas en aseguramiento de la calidad que puedan ser identificadas, sistematizadas y conocidas por la comunidad universitaria, con el fin de promover su transferencia y aplicación contextualizada a los requerimientos de cada unidad.

En este marco se desarrolló el Estudio “Metodología de identificación, levantamiento y difusión de buenas prácticas en aseguramiento de la calidad basado en evidencia dentro de la comunidad universitaria”.

Uno de sus objetivos es contar con mecanismos de difusión permanente de buenas prácticas que favorezcan los procesos de aprendizaje organizacional, por medio del reconocimiento y capitalización de las prácticas realizadas y la difusión de experiencias que tengan potencial para ser replicadas por otras unidades.

La metodología propuesta por el estudio fue validada por el “Grupo de trabajo de buenas prácticas UACh”, conformado por representantes de distintas macrounidades y unidades universitarias, quienes colaboraron activamente en el levantamiento de información clave, junto con un análisis exhaustivo sobre la temática y sus proyecciones para nuestra institución.

Basada en la labor realizada y en la propia experiencia, el Grupo de trabajo construyó de manera colectiva una definición para entender qué son las buenas prácticas en aseguramiento de la calidad:

“Las buenas prácticas son acciones o iniciativas que surgen para dar respuesta a una problemática o dificultad y han obtenido buenos resultados o mejoras para una unidad u organización. Se realizan de manera periódica, por etapas, y en su génesis, implementación y evaluación involucra equipos resilientes que trabajan de forma colaborativa y articulada internamente. Si bien responden a un contexto específico –son situadas-, tienen el potencial para ser replicadas. Para ello es necesario que sean verificadas, sistematizadas y difundidas ampliamente para su conocimiento, valoración, adecuación y eventual optimización de manera sustentable y sostenible en el tiempo, transformándose en prácticas establecidas”.

Ver repositorio de buenas prácticas UACh